Un refrán popular dice que no se sabe lo que se tiene hasta que se pierde, algo que bien puede aplicarse al buen asesor de empresas, un socio de negocio que, además de cumplir con las obligaciones fiscales, laborales, mercantiles y contables de las empresas, es, o debería ser, un consejero que nos ayudara en el día a día de nuestro negocio.
Sin embargo, al igual que un buen asesor de empresas puede ayudarnos a hacer crecer nuestro negocio, si elegimos un mal asesoramiento, podemos encontrarnos, ya no solo con que no sabemos cuál es la marcha real de nuestro negocio, sino con importantes sanciones de la Agencia Tributaria o de la Seguridad Social, por el incumplimiento en tiempo o forma de las obligaciones de la empresa.
¿Qué hay que tener en cuenta cuando elegimos una asesoría de empresas?
Es importante tomarse muy en serio la elección de una asesoría de empresas, ya que no es una decisión que deba tomarse a la ligera, pues un error en su elección nos puede salir muy caro. Para tomar la decisión de elegir una buena asesoría de empresas hay siete puntos que se pueden tener en cuenta:
- Lo barato puede salir caro; un asesor debe intentar que le busquen por bueno y no por barato. Un asesor que haya invertido su tiempo y su dinero en procurarse una buena formación para ofrecer un buen servicio a sus clientes tiene que cobrar unos honorarios en consonancia con lo que ofrece. Por contra, si la formación es muy escasa, se puede cobrar poco, pero … ¿qué servicio ofecerá a cambio? Otra cosa es que un profesional bien formado pueda ofrecer precios muy competitivos, al tener una ventaja competitiva derivada del software o la tecnología que utiliza.
- El personal debe tener la formación adecuada ya que aunque el ejercicio profesional como asesor de empresas no tiene aún reconocimiento en la normativa española, ni se exige titulación alguna, ni formación para ejercer como asesor, este debe ser un requisito del que debe asegurarse el cliente. Elegir a un asesor de empresas sin una adecuada formación sería como elegir a un fontanero para una operación a corazón abierto, en lugar de a un médico. La formación universitaria más habitual que pueden tener los asesores es la siguiente: Grado en Administración y Dirección de Empresas, Grado en Ciencias del Trabajo, Relaciones Laborales y Recursos Humanos o Grado en Derecho.
- El asesor debe estar al servicio del cliente, no el cliente al servicio del asesor, de manera que la asesoría debe poner los medios y el personal para obtener la información que precise de la empresa, causando los menores trastornos al cliente, algo que las nuevas tecnologías han facilitado considerablemente. Por ello, es importante a la hora de elegir asesoría dejar claro cómo y cuándo el asesor recabará la información que precisa para cumplir con su labor.
- La asesoría debe involucrarse con la empresa cliente, asesorando sobre todo lo que considere de utilidad para la buena marcha del negocio de su cliente, y no limitarse a realizar solamente asientos contables y presentar los impuestos. Un asesor debe ser un confidente, que escuche sus problemas y le ofrezca soluciones. El cliente debería pedir y pagar algo más que el mero cumplimiento de las obligaciones fiscales, contables y laborales.
- Si la empresa es de nueva creación, sería un plus que la asesoría nos ayudara a definir procedimientos administrativos y software de gestión que se integre con los programas de la asesoría, para facilitar los flujos de información. Cuando una empresa empieza su andadura, toda ayuda en este sentido es buena.
- Podemos buscar el perfil de nuestro asesor en Linkedin; si vemos en su perfil profesional que ha trabajado en empresas, además de en la asesoría, esto será un plus, ya que así podrá conocer mejor las necesidades y las inquietudes de sus clientes.
- El uso de medios telemáticos para suministrar información y la existencia de páginas web o blogs con información actualizada de utilidad es algo que los clientes deben valorar positivamente.
Si se busca lograr una especialización y capacitación para ser asesor, la UDIMA ha sido reconocida por el Consejo de Universidades para impartir el Máster en Asesoría de Empresas como título oficial. Además, la realización de este Máster abre las puertas para trabajar en los principales despachos y asesorías, ya que estas demandan profesionales capacitados y con formación de calidad para que realicen adecuadamente y con garantía de éxito su labor como asesores de empresa.